Esta semana he intentado ponerme a escribir unas cuantas veces. Como aún no tengo preparado el blog a mi entero gusto, no me resulta fácil sentarme a compartir rápidamente una idea, enlace, video o lo que sea; de forma que las cosas se acumulan en el tintero y se pasan.

Esta semana ha sido una semana intensa de trabajo y también de noticias que me tocan por un lado u otro. El lunes 23 fue San Jorge, santo patrón y símbolo tanto particular como de algunas de mis tierras más queridas. Pero también fue el 30 aniversario del lanzamiento de mi primer ordenador (de mi padre en realidad, pero se me entiende): el ZX Spectrum.
Es difícil valorar convenientemente la influencia de ese pedacito de tecnología en mi vida, pero baste decir que tiene un lugar privilegiado en mi casa, en una vitrina.

Quien me conoce sabe que me despierta mucha curiosidad el accidente de Chernobil. Es esa curiosidad casi morbosa que me despierta también la Segunda Guerra Mundial, y otros eventos históricos de los que deberíamos haber aprendido más de lo que hemos hecho.
El pasado jueves 26 se cumplieron 26 años del accidente. Y para conmemorarlo se ha celebrado el acto oficial de inicio del nuevo sarcófago para el reactor número 4. Son buenas noticias, la muy optimista vida útil calculada para el que se construyó en 1986 ha caducado. Es de esperar que se acabe en 2015. Será muy interesante conocer la construcción de semejante estructura.

Por último mañana es el cumpleaños de Miguel de la Quadra-Salcedo, todo un heroe moderno con un  reconocimiento irregular en este país. No sería de especial importancia para mi, he de ser sincero, si no fuese porque hace 16 años (media vida literalmente) fui uno de los jóvenes afortunados que hizo una de sus expediciones americanas con La Ruta Quetzal.

En cierto modo, y en su medida, es una de las personas que más ha influido en mi forma de ser. Quizá no de una forma directa, pero su obra ha marcado esta otra mitad de mi vida. Así que:
Gracias Miguel…